En él se cuenta la historia de Nero Corleone ("Corazón de León"), un gatito negro astuto, tierno, audaz y seductor que impone su ley en la granja de su Italia natal con procedimientos dignos de un capo mafioso: no es en vano que comparte apellido con el famoso Don Corleone...
"El viejo perro gruñón no era un problema para Nero. Durante dos días lo había estado observando desde una prudente distancia, para descubrir su plan de ataque. Al tercer día, se había deslizado sigilosamente hasta él, tan sigilosamente que el perro ni siquiera lo vió acercarse. Había colocado su patita -la blanca- sobre su ojo izquierdo, y lo había sacado de su soñolencia:
-Soy yo -le había dicho-. Hazme el favor de ahorrarme tus estúpidos ladridos. Y reflexiona un instante sobre lo que ves así, con un ojo, sólo con uno.
-¿Qué significa esto? -gruñó el viejo perro, entornando el ojo que tenía libre para mirar a ese bicharraco negro. Se sentía incómodo, porque jamás un gato se había atrevido a tratarlo con tanto descaro.
-Significa -le explicó Nero- que con un ojo no se ve tan bien como con los dos. Significa que si te las das de importante conmigo ladrando, enseñando los dientes o con parecidas sandeces, o si me despiertas cuando estoy a punto de dormirme tranquilamente al sol, yo te haré "esto". Y arañó al perro con su patita blanca, a sólo un milímetro del ojo que tenía tapado. El viejo perro lanzó un alarido de dolor.
-Y entonces -siguió Nero- ¡podrías quedarte tuerto! Eso es lo que, sin palabras inútiles, he querido que entendieras. Creo que estamos de acuerdo. ¡Buon giorno!"
Pero Nero también alimenta grandes ambiciones: sueña con conocer otras tierras y en probar todos los placeres de la vida. Convence, pues, a Isolda y a Roberto, una simpática pareja de alemanes, para que lo lleven consigo -junto con su inseparable hermanita Rosa la Tontalinona- a Colonia. Allí tardará poco en adueñarse del barrio, y en encontrar amor y amistad. Pero un día, cuando empiece a envejecer, la nostalgia será más fuerte...
La historia de este gato mafioso que sabe cómo robarte el corazón, es encantadora y muy divertida, la recomiendo sin reservas para todos los públicos; además se acompaña de unas preciosas ilustraciones del extraordinario Quint Buchholz.
Música: un clásico de ayer, de hoy y de siempre, Roberto Carlos, El gato que está triste y azul
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