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martes, 3 de julio de 2012

Del Libro de Jack

 





















«Adiós, te levantarás con el sol y moverás tus torpes huesos para realizar duros trabajos, y tendrás grandes cenas humeantes y escupirás las pepitas, atormentadas noches en lunas de telaraña, la neblina del polvo cansado al atardecer, el maíz, la seda, la luna, el ferrocarril -eso se conoce como Madurez-, pero nunca serás tan feliz como lo eres ahora, envuelto en tus mantas, en tu noche inmortal de adolescente que devora inocentemente un libro.»


Fotografía: Dora Maar

viernes, 12 de septiembre de 2008

Dora Maar, a la sombra del león

Dora Maar con gato "Dora Maar con gato" es uno de los muchos retratos que Picasso hizo de una de sus amantes y musas, una composición de impactantes colores que fue pintada en el momento culminante de su relación.

Dora Maar fue una fotógrafa, pintora y escultora francesa con un enorme talento que se vió tristemente eclipsado por la sombra del genio.
Sin título, 1934
Destacó especialmente como fotógrafa de gran fuerza y sensibilidad en una época en la que la fotografía no estaba tan bien considerada como ahora (Picasso ironizaba sobre su actividad al respecto). De formación surrealista, hacía fotomontajes, retratos, desnudos y reportaje social.

A Dora le debemos la serie de fotografías que dan testimonio del proceso de creación del "Guernica". Su amigo Henri Cartier-Bresson la definió como "una fotógrafa notable que dotaba a su obras de un halo a la vez misterioso y espantoso".

Se conocieron en 1935 una cafetería: Dora, famosa por su personalidad original y extravagante, sacó un cuchillo y empezó a jugar con él entre los dedos frenéticamente hasta hacerse sangre. Picasso le pidió quedarse con los guantes manchados como si fueran un fetiche o una premonición. Ella aceptó.

Diez años después, el artista la reemplazó por otra mujer, se aburría y la consideraba excesivamente desequilibrada y testaruda.Dora Maar

Después de sufrir varios desórdenes mentales, destruida y melancólica, ella decidió retirarse del mundo (“Después de Picasso, sólo Dios”, dijo). El poeta Paul Éluard, que entonces era el mejor amigo de Dora, acusó a Picasso de hacerla sufrir demasiado.

¿Por qué esta mujer, bella, inteligente, liberal y emancipada, dotada de una personalidad arrolladora, con una actividad profesional remarcable y amiga de los más destacados artistas de su época, se dejó vampirizar, sojuzgar y anular de esa manera? Realmente, Picasso debió ser algo muy grande...

La pintó muchas veces siempre con un rictus grave, entre amargo y desesperado. «Para mí, Dora es una mujer que llora. A lo largo de los años, yo la he pintado de forma torturada. No por sadismo ni por placer. El llanto era la realidad profunda de Dora».

Retrato de Dora por May Ray
Escuchar: Billie Holiday, My man