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miércoles, 12 de mayo de 2010
Dentro del armario
He hecho este vídeo con la canción que más me gusta de uno de mis artistas preferidos, Marc Parrot. Y lo he hecho para J., con amor: ésta será siempre nuestra canción.
Estoy en deuda con Carmen Sabes, ya que en su magnífico blog he encontrado varias de las imágenes de estos genios de la pintura.
Gracias a tod@s por este armario lleno de sensibilidad, belleza y felicidad.
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martes, 17 de noviembre de 2009
El chaval de la peca

No entiendo porqué Marc Parrot sigue siendo un artista minoritario. Creo que es uno de los más auténticos y originales del panorama musical español: compositor y productor, empezó su carrera en 1990 y hasta la fecha ha publicado 11 discos.
Este músico, diferente a todos, lo descubrí en un concierto gratuito allá por 1995, en el que presentó su segundo disco "Sólo para niños". La canción titulada "Dentro del armario" fue un auténtico flechazo, y desde entonces es una de mis canciones favoritas.
Aquel estupendo concierto acabó con versiones sorprendentes de canciones como "Un velero llamado libertad" del Perales o el "Jardín

En sus canciones, Marc Parrot canta de forma renovada, original y sensible al amor y al desamor, a sentirse raro o solo, a la depresión y a la locura, al desconcierto ante el mundo, a la nostalgia de la infancia,... planteando las historias como si fueran cuentos.
Los niños, los locos y los rompecabezas son sus temas favoritos, porque como dice en una entrevista "los niños y los locos no dicen mentiras, son sinceros por naturaleza, no manipulan. Están conectados con los sentimientos más básicos y potentes."
Además, me gusta su actitud: mandó al Chaval de la peca a Miami y volvió a dedicarse a lo suyo, invirtiendo en un estudio de grabación para seguir componiendo y produciendo discos. Y parece buen tío, ¿dónde está la peca?
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lunes, 13 de octubre de 2008
Ese señor egipcio
La política que se lleva con los gatos es la misma que se lleva con las putas o con los inmigrantes. Una política de exterminio que no entiende o no quiere entender que los animales, los balseros, las hetairas, están ahí para algo, por algo, y que han estado siempre, antes que nosotros, del mismo modo que nos sobrevivirán. Hay procedimientos para todo como hay ya narcosalas para el drogado. La democracia supone una racionalización de estas cosas, porque lo otro es el fascismo de los gatos. En los circos hay incluso tigres domesticados, pero jamás nadie ha domesticado a un gato, aunque tenga fama de animal doméstico. El perro busca dueño y el gato busca casa, pero nunca se integra en el ritmo familiar. El gato es un asterisco o un señor egipcio que se ha quedado a vivir con nosotros, y piensa cuando duerme y observa cuando vela. El más civilizado de los animales puede volver al salvajismo en una semana. Pero se viste de felpa burguesa para que le demos la calderilla de una sardina.
El gran pintor maldito Ricardo Cristóbal ha pintado cientos de gatos. Teniendo los gatos delante, en casa, por supuesto, como fascinado baudeleriano de los gatos. En toda la historia del arte no hay un solo gato bien pintado. El perro es fácil de pintar porque tiene mirada humana, pero al gato le sale siempre, en los cuadros, cara de mono o de hombre. Sólo los gatos de Ricardo tienen orejas de gato, ojo alarmante de gato, y sobre todo esa celeridad de garra, ese desgarrón

Siempre hemos dividido a los políticos en políticos de gato o de perro. Adolfo Suárez parece hombre de galgo castellano. Felipe González es gato él mismo. Aznar es persona de perro pachón que le pega sustos a la perrita histérica de su señora.
El perro supone una política canovista, aplaciente, y el gato supone una política olfateadora, aventurera, ágil y cazadora, instantánea y elegante. El gato es al tigre lo que el violín a la música. España necesita una política gatuna, más avizor y menos complaciente. Política de garra de terciopelo para que no se nos escapen los grandes aprovechones como se nos están escapando. Dos mil gatos sacrificados en Madrid, qué más da dónde y cuándo. Una burocracia que no tiene mejor receta que la muerte es una burocracia que se acerca al fascismo. Se principia matando al gato y se acaba degollando al dueño. Seremos europeos cuando aprendamos a amar a los animales. Aunque no está muy claro si el gato es un animal o un príncipe chino.
Francisco Umbral, Los Gatos
Foto: Roni, Laura Ferrés
Canta: Marc Parrot, Quiero ser silvestre
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