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domingo, 5 de septiembre de 2010

Poemas del milenio II

Susan Faye


"Empezar a leer fue para mí como entrar en un bosque por primera vez y encontrarme de pronto con todos los árboles, todas las flores, todos los pájaros.

Cuando haces eso, lo que te deslumbra es el conjunto. No dices: me gusta este árbol más que los demás. No, cada libro en que entraba lo tomaba como algo único."

(José Saramago)


La Piedad

ELEGÍA
Miguel Hernández (1910-1942)


(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo, Ramón Sijé, con quien tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas,
y órganos mi dolor sin instrumentos,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler, me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo voy
de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes,
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero mirar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera,
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas
y tu sangre se irá a cada lado,
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas,
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

(de El rayo que no cesa, 1934-1936)
Miguel Hernández por Buero Vallejo
Ilustraciones:

Susan Faye


Miguel Ángel, La Piedad

Retrato de Miguel: Antonio Buero Vallejo

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Nocturno

Susan Faye

Molts jardins amb peònies, / Muchos jardines con peonias,
lilàs i pèsols / lilas y guisantes
d'olor, són lloc de bon estar, / de olor, son lugar de bienestar,
quan ja la lluna abaixa / cuando ya la luna baja
la veu i, sense fer remor, / la voz y, sin hacer rumor,
pels engorjats del vespre / por los desfiladeros del anochecer
s'allunya la tartana / se aleja la tartana
del desesper. / del desespero.El dia torça el coll / El día tuerce el cuello
com una espiga plena. / como una espiga llena.
La nit és tota per nosaltres. / La noche es toda para nosotros.
Encén el vi. / Enciende el vino.
Joan Vinyoli

Ilustración: Susan Faye, 365 Cat Ladies

Escuchar: Maria del Mar Bonet, Dolça remor de cada tarda