
Mucho antes de que
Barcelona se convirtiera en una ciudad de moda, cuando aún no se hablaba del fenómeno del mestizaje y la inmigración no era un problema, mucho antes de que se produjera el boom musical de lo latino, este argentino adelantado a su tiempo revitalizó él solo
la rumba, un género al que (casi) todo el mundo consideraba menor, pero que él hizo suya con canciones que combinaban la alegría de su música con la melancolía que destilan muchas de sus letras.
Hablo de la
rumba catalana, «
la música propia, característica y original de la Barcelona urbana», a la que descubrió escuchando a los gitanos del barrio de Gràcia. «
La rumba ha nacido de una comunidad marginada, pero netamente barcelonesa, y posee un sello atractivísimo, entre gitano, flamenco y centroamericano, que no se puede comparar con nada conocido», dijo
Gato Pérez en una ocasión.

Con sus agudas e irónicas letras, tanto en catalán como en castellano, y su música, en la que nunca renunció a su pasado rockero ni a sus raíces latinas, Gato Pérez marcó época con canciones que hoy son clásicos de la rumba como
"Gitanitos y morenos",
"El ventilador",
"La rumba de Barcelona" o
"Se fuerza la máquina".
En el 2002,
Ventura Pons dirigió un homenaje a este extraordinario compositor y músico, titulado, obviamente,
"El Gran Gato".
Escuchar aquí: Todos los gatos son pardos
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