Antonio ha compuesto grandes canciones: sus letras, su forma de tocar la guitarra y su voz son incomparables. Su música me ha acompañado siempre desde aquel lejano 1980 en que me hice con el single de Nacha Pop que contenía dos joyas: "Chica de ayer" y "Nadie puede parar". Fue el primer disco que compré con mi propio dinero. Qué tiempos... ¡Oh, juventud y belleza!...
También es inolvidable el concierto de Nacha Pop en 1983 en la antigua sala Zeleste de Barcelona. Fue genial, uno de los mejores conciertos que he visto. En los bises salió a cantar con ellos "Eres tan triste" un todavía desconocido Manolo García, cuando aún estaba en Los Burros, antes de El último de la fila.
Seguro que a much@s nos ha pasado alguna vez que durante una época de marejada emocional asocias una canción con un momento, con una situación, con una persona, y esas canciones se te han grabado a fuego en el alma y cada vez que las vuelves a oír se te remueve algo por dentro. Esto me pasa con muchas canciones de Antonio Vega y de Nacha Pop.
No he vuelto a verlo en concierto. Cuando se reunieron para la gira del año pasado, no tuve valor de ir. El aspecto de Antonio me conmueve demasiado, pero me alegra mucho ver que sigue en la brecha, componiendo y tocando a pesar de todo. Si tengo que definir con un palabra lo que significa Antonio Vega para mí, diría "emoción".
Salud, Antonio. Por cierto, él es otro encantador amante de los gatos y fue a uno de sus animales al que le dedicó la canción "Tesoros".
Escuchar: Antonio Vega, Esperando nada
Fotografías del disco "Anatomía de una ola" de Guillermo Asián
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