jueves, 18 de septiembre de 2008

Oí hablarme a los árboles

El gato de Juan Ramón

A
yer tarde, /volvía yo con las nubes / que entraban bajo rosales /
(grande ternura redonda) / entre los troncos constantes.

La soledad era eterna / y el silencio inacabable. /
Me detuve como un árbol / y oí hablar a los árboles.

El pájaro solo huía / de tan secreto paraje, /
sólo yo podía estar /entre las rosas finales.

Yo no quería volver / en mí, por miedo de darles /
disgusto de árbol distinto / a los árboles iguales.

Los árboles se olvidaron, / de mi forma de hombre errante, /
y, con mi forma olvidada, / oía hablar a los árboles.

Me retardé hasta la estrella. / En vuelo de luz suave, /
fui saliéndome a la orilla, / con la luna ya en el aire.

Cuando yo ya me salía, / vi a los árboles mirarme. /
Se daban cuenta de todo / y me apenaba dejarles.

Y yo los oía hablar, / entre el nublado de nácares, /
con blando rumor, de mí. / Y ¿cómo desengañarles?

¿Cómo decirles que no, / que yo era sólo el pasante, /
que no me hablaran a mí? / No quería traicionarles.

Y ya muy tarde, ayer tarde, / oí hablarme a los árboles.
Juan Ramón y Zenobia


"Árboles hombres",
de Juan Ramón Jiménez

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