lunes, 15 de marzo de 2010
El Rafael de los gatos
Apenas contaba cuarenta y seis años cuando falleció en 1814, pero su obra ya era conocida en media Europa. Todo un mérito para un extraño personaje que desde muy temprano fue conocido como el Rafael de los gatos, en honor al maestro italiano del Renacimiento. Gottfried Mind pintaba, sobre todo, gatos y, según las crónicas de la época, nadie había logrado captar en una pintura el carácter y actividades de los gatos de forma tan perfecta.
Su fama se extendió por el continente, con lo que se convirtió en un artista de moda. Su capacidad para reflejar la vida de los gatos es asombrosa, sobre todo teniendo en cuenta su condición de autista. Al parecer, Mind vivía rodeado de gatos (de los cuales su favorita era una gata de nombre Mineta), con los que se entendía mejor que con sus vecinos humanos. Los gatos eran todo su mundo y dicen que era capaz de “conversar” con ellos; las numerosas personas que lo visitaban estaban avisadas de no molestar a los gatos, porque esto haría despertar el enfado del artista.
Hijo de familia húngara, nació en Berna en 1768. A los 8 años, ingreso en una academia para niños pobres, donde los maestros descubrieron su talento para la pintura, un talento extraordinariamente llamativo, puesto que en el resto de materias no avanzaba.
Su talento especial para la representación de los gatos se despertó y descubrió por casualidad, cuando un día, su maestro estaba pintando un cuadro y Mind mirando la obra, le espetó: "¡Eso no es gato!". El maestro le preguntó, con una sonrisa, si pensaba que él podía hacerlo mejor; Mind se ofreció a intentarlo, y creó un animal que impresionó a su maestro por su similitud con la realidad.
En 1809, las autoridades de Berna decretaron el exterminio de todos los gatos de la ciudad, ya que algunos parecían mostrar síntomas de hidrofobia –léase rabia–, con lo que la orden fue cumplida con eficacia, eliminándose a unos ochocientos gatos. El suceso dejó a Mind profundamente deprimido, aunque, por suerte, se permitió a Mineta seguir viviendo.
El desastre gatuno hizo que, en los años siguientes, Mind pusiera tal empeño en llevar a la vida todo tipo de detalles de sus gatos a través del arte, que su fama y la petición de obras suyas crecieron de forma sorprendente.
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Etiquetas:
Bellas artes,
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4 comentarios:
Bonitas pinturas, me imagino lo que estara pensando el gato, encerrado en la jaula y rodeado de ratas y ratones jeje.
Besos
¡Mardito roedore! jaja. Besos.
Que interesante post, me imagino lo que debe haber sufrido Gottfried Mind, con lo del exterminio... Se necesita amar verdaderamente a los gatos para entenderlos, mucha gente pasa de ellos y se aventura en su ignorancia a opinar y conceptuar lo que desconoce, yo solo tengo tres y ya alcanzo alguna crítica, en fin.
Curiosamente las gatas suelen ser entrañables.
Preciosa la obra pictórica.
Gracias por compartir, besos
Ro
Tienes razón, Ro, muchas personas nos tildarían de lunáticas, como diría el poeta la gente tiene el defecto de criticar lo que ignora. Lo raro es no haber podido encontrar más imágenes de Mind, supongo que cayó en el olvido. Un beso y gracias.
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