miércoles, 15 de septiembre de 2010
Maestros del terror I
"La Universal de los años 30 dibujó las líneas maestras del cine de terror y fantástico en Estados Unidos, inspirándose en la literatura gótica europea. En su elaboración de los mismos absorbió los aciertos del cine expresionista alemán (que ya se había adentrado brillantemente por los territorios del horror), adaptando y depurando su estética, a la vez que contrataba a muchos talentos europeos. Muchas de sus producciones se inspiraron en obras literarias del gótico europeo, como "Drácula" de Bram Stoker o "Frankenstein o el moderno Prometeo" de Mary Shelley." (Mª Dolores Clemente en Suite 101.net)
The black cat es uno de los cuentos más famosos de Edgard Allan Poe. Del mismo se han hecho varias adaptaciones cinematográficas, a cual más libre. La de 1934, dirigida por Edgar G. Ulmer, reunió en su reparto a dos de las más grandes estrellas del cine clásico de terror, la época dorada del género: Boris Karloff y Béla Lugosi.
El británico Boris Karloff (1887-1969) saltó a la fama por su papel en la inmortal Frankenstein (James Whale, 1931), gracias a que, precisamente, Bela Lugosi rechazara el papel. Un año después interpretó a otro personaje icónico, Imhotep, en La momia (Karl Freund, 1932).
Su altura y el éxito de Frankenstein, le encasillaron en el género de terror, donde realizó numerosas películas para la Universal Pictures.
Karloff interpretó al monstruo de Frankenstein dos veces más: La novia de Frankenstein (James Whale, 1935) y El hijo de Frankenstein (Rowland V. Lee, 1939), con Lugosi como el loco Igor. Para interpretar el papel, tuvo que someterse a largas sesiones de maquillaje con colodión y algodón bajo la dirección del maquillador Jack Pierce; el incómodo traje y los zapatos de plataforma le causaron daños en la espalda que arrastró el resto de su vida.
A pesar de los papeles que le hicieron famoso, Karloff fue conocido en su vida real como un caballero generoso, sobre todo con la infancia. En sus últimos años actuó varias veces en la televisión. Karloff nunca tuvo a mal quedar encasillado como actor de películas de terror, al contrario, consideró que era una magnífica oportunidad para demostrar sus dotes y siempre estuvo agradecido por ello.
Bela Lugosi también coincidió también con Karloff en El cuervo (Lew Landers, 1935), de nuevo, otra adaptación libre del poema de Poe. Nacido en Transilvania en 1882, comenzó su carrera como actor en Europa, trabajando en distintas obras de Shakespeare. Durante la Primera Guerra Mundial, participó como teniente de infantería y tras la contienda formó parte activa en la izquierda de su país y fundó el sindicato de actores. Tuvo que exiliarse debido a su actividad política.
En Estados Unidos recibió el papel de su vida, el del Conde Drácula, que interpretó primero en los teatros de Broadway y en diversas giras, y que posteriormente llevó a la pantalla de la mano de Tod Browning en Drácula de 1931.
El tremendo éxito de la película le encasilló, igual que a su colega, que para entonces, también era su mayor rival en el mundo del cine de terror. La actitud de Lugosi ante Karloff es tema de muchas y muy variadas opiniones entre los historiadores de cine. Algunos hablan de un Lugosi resentido por el éxito y la habilidad de Karloff de conseguir mejores papeles dentro de la escena del cine de terror, mientras que otras historias comentan que entre ambos actores -al menos durante un tiempo- existió una muy buena amistad.
Años más tarde, los papeles dejaron de llegarle y se volvió un adicto a la morfina, sustancia que comenzó a utilizar durante su estancia en el frente de guerra para apaciguar el dolor por la herida sufrida en su pierna. Ya casi al final de su vida, volvió de nuevo a aparecer en películas, aunque fuesen de tan pésima calidad como las del histórico director Ed Wood. El peor director de la historia del cine, fue desde siempre un fan de Lugosi y consiguió convencer al anciano para que participara en algunas de sus películas.
La película biográfica Ed Wood (Tim Burton, 1994), refleja, entre otros aspectos, las relaciones del director con Lugosi, interpretado magistralmente por Martin Landau, papel por el cual ganó el Oscar de la Academia como mejor actor secundario.
Falleció de un ataque al corazón a la edad de 73 años en Los Ángeles, California, mientras se encontraba sentado en una silla un 16 de agosto de 1956. La leyenda del terror nos abandonaba interpretando también en la muerte a su personaje más querido y que más satisfacciones le dio en vida, el Conde Drácula. Lugosi, como bien indicaba su testamento, fue incinerado llevando puesto su disfraz de vampiro.
Etiquetas:
Bela Lugosi,
Cine & TV,
Karloff
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