viernes, 27 de agosto de 2010
Poemas del milenio I
La poesía colma tanto el anhelo estético como el de comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
Hace unos años, la editorial Debolsillo, junto con la revista Qué leer, hizo un llamamiento abierto a los lectores para que votasen su poema preferido del milenio.
Del aluvión de votos recibidos de diversos lugares del mundo, se seleccionaron los primeros cincuenta poemas más votados en este peculiar concurso, los cuales fueron editados en un volumen titulado 50 Poemas del milenio.
And the winner is...
POEMA 20
Pablo Neruda (1904-1973)
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
(de Veinte poemas de amor y una canción desesperada, 1924)
Pintura: Vladimir Dunjic
Escuchar el poema cantado por Paco Ibáñez:
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