viernes, 12 de diciembre de 2008
Te doy una canción
«Ya una vez dije que había empezado a componer porque quería escuchar canciones que no se habían escrito. Eso es estrictamente cierto. Yo era un recluta en un remoto campamento militar, solo con la noche y sus deseos. Puede que por eso aquellas primeras canciones me parecieran los partos más dolorosos de mi vida. Porque, como apenas había aprendido un par notas, veía que mi saber eran tan pobre que ni remotamente alcanzaba las voces que me cantaban los deseos.» (Silvio Rodríguez Domínguez)
«...El mayor compromiso (palabra hoy tan subestimada por la dejadez postmodernista) de Silvio es con la vida, a la que no canta de lejos sino metida en ella hasta en los tuétanos. Participando en la campaña de alfabetización, embarcando hasta África en el barco pesquero Playa Girón, empuñando un fusil para defender su Revolución, arriesgando su vida en Angola, cantándole al amor desde el amor, aprendiendo a tratar de igual a igual a las mujeres de su vida, creciendo con sus hijos, la trayectoria de Silvio es el hilo conductor de su canto, y cuando los públicos, leales y fervientes, de cualquiera de los tres mundos, lo aplauden con denuedo y naturalidad, no sólo están premiando su arte, también su coherencia, su fidelidad a la Revolución y a sí mismo, su capacidad de trabajo y su rigor, su calidad humana. Silvio nunca será un mito; no viaja con su pedestal a cuestas. Sus públicos lo saben y tal vez por eso lo tratan como a un querido y sencillo compañero, que les canta y les dice las felicidades y las desdichas que ellos también quisieran cantar y decir tan entrañablemente como él.» (Mario Benedetti sobre Silvio Rodríguez)
QUIÉN FUERA (Silvio, 1989-1992)
«...Nunca he mantenido una relación incondicional con las instituciones o las medidas oficiales, ni siquiera ahora que soy diputado a la Asamblea Nacional. He defendido a este gobierno porque creo que encarna lo mejor de nuestras esencias como país y como historia. No soy más abiertamente crítico porque tengo más que claras las manipulaciones que inmediatamente aparecerían. Aunque creo que la autocrítica comprometida es imprescindible para avanzar, no me gusta la idea de trascender como un vicioso buscador de manchas. Y aunque tenga milímetros de desacuerdo, más bien prefiero correr la suerte de la Revolución que apostó por los desposeídos e hizo una obra social por la que está pagando el precio del martirio. Es lo más parecido a la leyenda cristiana que conozco.» (Silvio)
Página oficial: Silvio Rodríguez
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