The Cat Piano es un corto de animación escrito por Eddie White, quien también lo ha dirigido junto a Ari Gibson; el narrador es el músico australiano Nike Cave, que lo hace muy bien, con una voz impresionante (¡ un brindis por la persona que lo ha subtitulado!). La película ha cosechado un montón de premios, incluyendo una nominación al Oscar el año pasado. A mí me ha encantado, aunque el artilugio en cuestión no me gusta nada de nada, ya verás por qué...
Al ver el vídeo, he recordado un artículo que leí hace tiempo sobre este extraño invento del piano de gatos. Esta es la historia: en 1650, el jesuita alemán Athanasius Kircher habla del diabólico instrumento en su obra Musurgia Universalis y dice así:
"Con objeto de subir el ánimo a un príncipe italiano agobiado por las preocupaciones propias de su cargo, un músico creó para su deleite un piano de gatos. El inventor seleccionó a mininos cuyas voces naturales eran de tonos diferentes y, ordenándolos según esta característica, los dispuso en jaulas uno al lado del otro. Así, cuando una tecla del piano era presionada, un endiablado mecanismo conducía hacia la cola del gato. Al final del dispositivo se hallaba una afilada aguja. El resultado era una melodía de maullidos que se volvía más vigorosa a medida que los gatos desesperaban. ¿A qué ayudaría, sino a reír, una música semejante? De esta forma fue como el príncipe salió de su melancolía".
Y en la Antología ilustrada de hechicería, magia y de alquimia de Givry Grillot, también aparece una ilustración de las brujas, que incluye el piano de gatos. He aquí un fragmento del libro:
"Los gatos tenían un lugar importante en la brujería, en particular los gatos negros, pues se consideraban, y se siguen imaginando, como demonios encarnados o brujas transformadas... De ello se deduce, naturalmente, que cada representación gráfica de un episodio de brujería debe incluir un gato. Podemos destacar al respecto un extraño grabado de Franz Van der Wyngaert. Aquí, el papel desempeñado por los gatos es muy curioso.
En primer plano, aparecen varios animales que entonan canciones del Sabbath. Una horrible bruja está tumbada en la cama, con un cuervo posado en su cabeza. Otra mujer agachada ante la chimenea está realizando la lectura de un pergamino.
En el centro de la imagen, un brujo lisiado toca el instrumento diabólico: es una especie de clavecín que consiste en ocho gatos - la octava - con sus cabezas y patas sobresaliendo, al estilo de un teclado.
Detrás del instrumento, aparece otro hombre que tira de las colas de los gatos, a fin de extraer de ellos un conjunto de diferentes sonidos.
Todo esto está bien calculado para producir una cacofonía horrible, el músico no es otro que un demonio, que está claramente simbolizado por la presencia del búho posado sobre su silla"...
Fuente: La curiosidad mató al gato
martes, 27 de julio de 2010
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2 comentarios:
¡Impresionante!, por Dios, cuántas cosas caben dentro del cerebro del ser humano...
Algunas veces pienso que no quiero saber de ciertas cosas jejeje, la ilustración que describes al final es escalofriante. Mas allá de mis propios temores, me ha fascinado el post.
Abrazos apretados
Ro
Jaja, tienes razón, así que te ha fascinado... ay, la fascinación del mal, jeje...
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