martes, 20 de julio de 2010
En alas de la danza
Hace tiempo que no traigo a colación un refrán, y me quedan muchos en el tintero. Son numerosos los que podemos encontrar en la tradición popular, cuyo origen están en la observación. Muchas de las características del comportamiento felino aparecen plasmadas de una u otra manera. Por ejemplo, uno que alude a las cualidades físicas de un gato: "Caer de pie como un gato".
Si hay una persona que puede comparársele al gato en flexibilidad, elegancia, gracia y precisión ese es Fred Astaire, actor, cantante, coreógrafo y bailarín de teatro y cine estadounidense. Su carrera teatral y su posterior carrera en el cine abarcaron un total de setenta y seis años, durante los que rodó 31 películas musicales.
Balanchine y Nureyev le consideraron el mejor bailarín del siglo XX, y está generalmente reconocido como uno de los bailarines más influyentes en la historia de los musicales, y eso que en un informe de una prueba cinematográfica de Astaire con RKO Pictures, lo calificaban así: "No sabe cantar. No sabe actuar. Con entradas. Sabe bailar un poco."
Pues para saber bailar sólo un poco, fue un bailarín virtuoso, capaz de transmitir riesgos despreocupadamente o emociones profundas con una facilidad y naturalidad pasmosas. Su control técnico y sentido del ritmo fueron asombrosos. Su maravilloso estilo fluía a partir de gran variedad de influencias que incluían claqué, baile clásico y ritmos afroamericanos, con el que fijó los estándares con los que los posteriores musicales en cine serían juzgados. Coreografió todas sus propias rutinas, normalmente con la ayuda de otros coreógrafos, principalmente, Hermes Pan.
A Astaire se le reconocen dos innovaciones importantes en el cine musical. Primero, su insistencia de que la cámara (casi estacionaria) filmara una rutina de baile en una única toma, manteniendo a los bailarines en todo el encuadre durante todo el tiempo. Segundo, fue firme en que todas las canciones y rutinas de baile estuvieran integradas suavemente en el argumento de la película, ayudando así a que la historia avanzase. Habitualmente, una película de Astaire incluía una interpretación individual por Astaire, una rutina de baile de comedia en pareja y una rutina de baile romántico en pareja.
Su perfeccionismo fue legendario así como lo fue su modestia y consideración hacia sus colaboradores. Asimismo, su consumado arte le proporcionó la admiración de algunas leyendas del baile del siglo XX como los citados George Balanchine y Rudolf Nureyev, los hermanos Nicholas, Mikhail Baryshnikov, Margot Fonteyn, Bob Fosse, Gregory Hines, Gene Kelly, Bill Robinson o Michael Jackson.
Le recordaremos siempre junto a Ginger Rogers, con quien hizo diez películas que revolucionaron el género.
Aunque algunas de sus otras parejas tenían una técnica superior, sin duda Ginger fue la mejor:
"Rogers sobresalía entre las parejas de Astaire no porque fuera superior a otras como bailarina sino porque, como una actriz intuitiva y hábil, ella era suficientemente cautelosa para darse cuenta que la interpretación no acababa cuando el baile comenzaba ... la razón por la que muchas mujeres han fantaseado bailar con Fred Astaire es que Ginger Rogers transmitía la impresión de que bailar con él es la experiencia más emocionante imaginable."
Lo que daría yo por volar como Ginger...
Etiquetas:
Cine & TV,
Dichos Dimes y Diretes,
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