jueves, 18 de junio de 2009

La taberna bohemia

Ilustración menú de Picasso
"Ser cuatro gatos" es una expresión muy común en Catalunya, que significa "ser muy poca gente y/o de poca importancia".

No sé si esta expresión es la que movió a Pere Romeu a llamar así al local que inauguró el 12 de junio de 1897 en la calle Montsió de Barcelona, en los bajos de un edificio construido, tal que un castillo de hadas, en 1895 por el arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch.

Romeu que había trabajado en el famoso cabaret parisino Le chat noir, quiso crear en la ciudad condal un restaurante parecido, con comida barata y música de piano. Fue más que "un remedo del Chat Noir" como dijo Rubén Darío, uno de sus ilustres visitantes, porque enseguida se convirtió en un lugar legendario, caracterizado más que por su buena comida, por alimentar el Tertulianos por Opissoespíritu de los parroquianos (Picasso, Isidre Nonell, Pau Gargallo, Isaac Albeniz, Enric Granados, Gaudí y un largo etcétera).

Apoyado por artistas amigos como Ramón Casas y Santiago Rusiñol, entre otros, se convirtió en el reducto de la bohemia barcelonesa y en uno de los núcleos principales del Modernismo durante los seis años que estuvo en funcionamiento. Igualmente, durante el año 1899 fueron publicados 15 números de la revista "Quatre Gats", con colaboraciones impresionantes de los mejores artistas de la época.

A la vez cervecería, cabaret, restaurante, lugar de tertulias, conciertos y espectáculos, café-teatro y sala de exposiciones, allí se mostraron las dos primeras exposiciones individuales que Pablo Picasso realizó en su vida, además de diseñar el cartel que se utilizó como portada para el menú de la casa. Dicen que fue allí donde sus amigos artistas aconsejaron al genio malagueño que emigrara a París.
¡Ay, qué penita que nos lo han cerrado! Pere Romeu no era un comerciante, era un idealista que quería arreglar el mundo a golpe de tertulias, y seis años más tarde tuvo que cerrar. Un dibujo publicado en una revista de la época (encima de estas líneas) ilustraba el desencanto de los barceloneses por el cierre del local con un pareado que decía:
"Ya que Pere nos ha plantado / como quien dice sin avisarnos / ¿no habrá una alma buena / que quiera venir a ampararnos?"

Retrato de Pere Romeu por Ramón CasasCuando Romeu murió en la pobreza en 1908, su amigo Rusiñol escribió: "Aquel sitio pintoresco, lleno de sueños, que asustaban al menestral; aquellos cuadros de las paredes que las chicas de la casa no podían ir a ver porque les gustaban demasiado; aquella humareda de pipas que emborrachaban de ideas a los parroquianos de la casa; duerme en paz, amigo, que te lo mereces. Sólo habías hecho el bien, y no tengas pena de marcharte. Nosotros sí que te echaremos de menos, y en ti echaremos de menos una época en la que la fantasía hizo vivir."

Una época en la que artistas e intelectuales que huían de los gustos de la burguesía del momento, del naturalismo y la retórica romántica, preconizaron un cambio ideológico y cultural destinado a afectar al conjunto de las artes e, inspirados por los aires simbolistas e impresionistas que soplaban de la Europa occidental, lo adaptaron a la catalana y lo convirtieron en uno de los movimientos más fértiles e interesantes de la historia del arte en Cataluña.

Más información aquí: Els Quatre Gats, el hostal de la bohemia

Pinturas e ilustraciones: Picasso, Ramón Casas, Opisso

Escuchar: Enric Granados, Epílogo

6 comentarios:

Anónimo dijo...

me ha gustado mucho

Cati dijo...

Gracias. El local sigue abierto, ahora también es restaurante y tienen una web muy chula. Saludos.

ToKoTo dijo...

"El cuatre gats" (no sé si se escribe así) al que te refieres es aquel local que está en una paralela a las ramblas? porque si es así me hace ilusión que nombres un sitio que conozco de BCN, jajaja con lo poco que conozco de la Ciudad Condal...

Anónimo dijo...

Es una calle estrecha perpendicular a las Ramblas, se entra por el Portal d'Angel, creo que es la segunda a la izquierda bajando desde Plaça Catalunya.

Luis Gonzalez dijo...

Muy intersante la historia que cuentas de ese local, el final triste, el idealismo debe ser ajeno al mundo de los negocios, pues de idealismo no se vive.

Un saludo.

Cati dijo...

Tienes razón, la experiencia nos lo demuestra una y otra vez, pero mientras duró debió ser fantástico formar parte de todo aquello. Saludos.