Toda su vida Albert Camus estuvo rodeado de gatos. Mientras vivió en Argel tuvo dos a los que llamó Cali y Gula.
Cuando falleció en un accidente de tráfico en 1960, sólo tenía 46 años, pero ya había recibido el Premio Nobel de literatura y era un autor de prestigio mundial. Gracias a su temprano éxito literario con obras como "El extranjero" o "La peste", Camus se convirtió en la conciencia de la Francia de postguerra. Pero su apelación directa a la responsabilidad personal y su rechazo a las ideologías que matan en nombre de la justicia nunca han dejado de estar vigentes.
Su obra, fraguada en tiempos de crisis, certifica que Camus permanece próximo a nosotros por su integridad como escritor y el rigor de su mirada.
"Debemos servir a la justicia porque nuestra condición es injusta, contribuir a la felicidad y a la alegría porque este universo es desdichado. Por lo mismo, no debemos condenar a muerte puesto que nosotros mismos estamos condenados a muerte."
Escuchar aquí: Juliette Gréco, Sous le ciel de Paris
sábado, 30 de agosto de 2008
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