Mayo, 1948
Estimado señor:
Vi sus películas Ciudad abierta y Paisá, que me gustaron muchísimo. Si necesita a una actriz sueca que habla muy bien inglés, que no ha olvidado su alemán, que no es muy comprensible en francés y que en italiano sólo sabe decir "ti amo" estoy lista para ir a hacer una película con usted.
Ingrid Bergman
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Fue para mí una gran emoción recibir su carta que el azar quiso me llegara el día de mi cumpleaños y fue el mejor regalo. Créame, que soñaba con filmar una película con usted y a partir de este momento voy a hacer todo lo posible. Le escribiré una carta para someterle mis ideas. Con mi admiración, reciba usted la expresión de mi gratitud y de mis mejores sentimientos.
Roberto Rossellini
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12 de marzo de 1949
Telefoneé diez veces diarias como una tonta. (...) También es una tontería telefonear a un hotel que se halla en íntimo contacto con la prensa. Descubrí a mi regreso de las montañas que se ha escrito demasiado sobre nosotros. Se dice que mi matrimonio (con Peter Linds) ha fracasado y que de ahora en adelante usted hará todas mis películas. Se rumora que le seguí a Nueva York: un nuevo triángulo dramático ha surgido en Hollywood. Y así, por el estilo, se expresa la prensa sensacionalista. Como ello me apena, no quiero echar más leña al fuego con conferencias telefónicas cotidianas. Entiéndame y ayúdeme.(...) Todo el mundo me pregunta qué hay entre nosotros dos. Por eso, me encerré en mi habitación a contemplar su fotografía. Aún lo sigo haciendo.
Ingrid
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Todo arreglado. Soy muy feliz. Ansioso
por estos tres largos días. Voy a Nápoles
a preparar film. Mis señas Hotel Excelsior. Vuelvo Roma sábado. Dios, Dios.
Roberto
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Ingrid Bergman se convirtió en una ferviente admiradora del neorrealismo italiano tras ver los largometrajes del director Roberto Rossellini, al que envió la primera carta que reproduzco, obteniendo respuesta afirmativa por parte del italiano. Ingrid y Roberto se conocieron en París para hablar del rodaje de "Stromboli".
Con este intercambio epistolar comenzó uno de los romances más populares y controvertidos del mundo fílmico, que a punto estuvo de destrozar la carrera profesional de ella, ya que ambos estaban casados cuando se conocieron.
Los periódicos incluso la llamaron adúltera. Hollywood no le perdonó que abandonara a su marido e hija y promovió un boicot que duró tres años (desde 1951 hasta 1954). Durante ese período, Ingrid no pudo volver a EE.UU. Tras divorciarse de su marido en 1950, se casó con Rossellini embarazada de su hijo Robertino. Después vendrían sus otras dos hijas: las gemelas Isotta e Isabella (la que posteriormente sería actriz y modelo).
De esta forma, se inicia un período rosselliano, a ratos obsesivo y decepcionante, que duró 6 películas. En todo este tiempo, Rossellini no le dejaba trabajar con otro director. Esta época no se caracterizó por el éxito, hubo problemas económicos y la relación se deterioró cada vez más.
Siete años, tres hijos y algunas infidelidades después, la estrella sueca dejó a su príncipe italiano para volver al mundo de Hollywood.
Fuente: Cartas de la historia
Escuchar: Max Steiner, As time goes by (B.S.O. Casablanca)
Estimado señor:
Vi sus películas Ciudad abierta y Paisá, que me gustaron muchísimo. Si necesita a una actriz sueca que habla muy bien inglés, que no ha olvidado su alemán, que no es muy comprensible en francés y que en italiano sólo sabe decir "ti amo" estoy lista para ir a hacer una película con usted.
Ingrid Bergman
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Fue para mí una gran emoción recibir su carta que el azar quiso me llegara el día de mi cumpleaños y fue el mejor regalo. Créame, que soñaba con filmar una película con usted y a partir de este momento voy a hacer todo lo posible. Le escribiré una carta para someterle mis ideas. Con mi admiración, reciba usted la expresión de mi gratitud y de mis mejores sentimientos.
Roberto Rossellini
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12 de marzo de 1949
Telefoneé diez veces diarias como una tonta. (...) También es una tontería telefonear a un hotel que se halla en íntimo contacto con la prensa. Descubrí a mi regreso de las montañas que se ha escrito demasiado sobre nosotros. Se dice que mi matrimonio (con Peter Linds) ha fracasado y que de ahora en adelante usted hará todas mis películas. Se rumora que le seguí a Nueva York: un nuevo triángulo dramático ha surgido en Hollywood. Y así, por el estilo, se expresa la prensa sensacionalista. Como ello me apena, no quiero echar más leña al fuego con conferencias telefónicas cotidianas. Entiéndame y ayúdeme.(...) Todo el mundo me pregunta qué hay entre nosotros dos. Por eso, me encerré en mi habitación a contemplar su fotografía. Aún lo sigo haciendo.
Ingrid
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Todo arreglado. Soy muy feliz. Ansioso
por estos tres largos días. Voy a Nápoles
a preparar film. Mis señas Hotel Excelsior. Vuelvo Roma sábado. Dios, Dios.
Roberto
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Ingrid Bergman se convirtió en una ferviente admiradora del neorrealismo italiano tras ver los largometrajes del director Roberto Rossellini, al que envió la primera carta que reproduzco, obteniendo respuesta afirmativa por parte del italiano. Ingrid y Roberto se conocieron en París para hablar del rodaje de "Stromboli".
Con este intercambio epistolar comenzó uno de los romances más populares y controvertidos del mundo fílmico, que a punto estuvo de destrozar la carrera profesional de ella, ya que ambos estaban casados cuando se conocieron.
Los periódicos incluso la llamaron adúltera. Hollywood no le perdonó que abandonara a su marido e hija y promovió un boicot que duró tres años (desde 1951 hasta 1954). Durante ese período, Ingrid no pudo volver a EE.UU. Tras divorciarse de su marido en 1950, se casó con Rossellini embarazada de su hijo Robertino. Después vendrían sus otras dos hijas: las gemelas Isotta e Isabella (la que posteriormente sería actriz y modelo).
De esta forma, se inicia un período rosselliano, a ratos obsesivo y decepcionante, que duró 6 películas. En todo este tiempo, Rossellini no le dejaba trabajar con otro director. Esta época no se caracterizó por el éxito, hubo problemas económicos y la relación se deterioró cada vez más.
Siete años, tres hijos y algunas infidelidades después, la estrella sueca dejó a su príncipe italiano para volver al mundo de Hollywood.
Fuente: Cartas de la historia
Escuchar: Max Steiner, As time goes by (B.S.O. Casablanca)
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