VIDA
Vicente Aleixandre (1898-1984)
Un pájaro de papel en el pecho
dice que el tiempo de los besos no ha llegado;
vivir, vivir, el sol cruje invisible,
besos o pájaros, tarde o pronto o nunca.
Para morir basta un ruidillo,
el de otro corazón al callarse,
o ese regazo ajeno que en la tierra
es un navío dorado para los pelos rubios.
Cabeza dolorida, sienes de oro, sol que va a ponerse;
aquí en la sombra sueño con un río,
juncos de verde sangre que ahora nace,
sueño apoyado en tí calor o vida.
(de La destrucción o el amor, 1932-1933)
2 comentarios:
Me gusta mucho esta parte:
"Para morir basta un ruidillo,
el de otro corazón al callarse".
Aparte del principio, a mí también fueron los versos que más me gustaron. Reconozco que me resultó difíl de entrada y tuve que leerlo un par de veces :)
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