miércoles, 6 de octubre de 2010
El sexto sentido
Los animales poseen un extraordinario desarrollo de sus facultades perceptivas, que les permiten ver lo que los humanos ni siquiera intuyen. Con una capacidad premonitoria excepcional son capaces de detectar la proximidad de terremotos, conocer si una persona está diciendo la verdad o está mintiendo o incluso saber si tenemos alguna enfermedad, o estamos tristes o contentos.
Pero no es su percepción lo más llamativo del comportamiento animal. Muchos de estos hechos tienen una explicación: los sentidos de la mayoría de los animales estan mucho más afinados que los del hombre, y muchas veces no podemos oír u oler cosas que ellos pueden sentir con claridad.
Por ejemplo, en el caso de los gatos, estos poseen unos sentidos sumamente desarrollados. Reaccionan a sonidos y vibraciones que nosotros somos incapaces de percibir, ya que están equipados de un oído sumamente agudo, capaces de escuchar sonidos inaudibles para el oído humano, una vista excepcional incluso en la oscuridad y un olfato muy desarrollado, siendo muy sensibles a los fenómenos eléctricos y barométricos, de modo que no es sorprendente que puedan sentir que va a llover, o detectar un terremoto o una erupción volcánica.
Hasta aquí, todo normal, pero, hay ocasiones en que vemos animales como perros y gatos que se quedan ladrando, aullando a un punto fijo en la nada. En una noche tranquila, donde no se oye ningún ruido, ni parece haber ningún movimiento, de repente, nuestro gato echa las orejas planas hacia atrás, con las pupilas dilatadas, el dorso arqueado, el pelo erizado, moviendo el rabo, soplando, y mirando fijamente en dirección de aparentemente nada. Aterrado, el felino parece prepararse para defenderse. Pero, ¿de qué?, ¿tal vez puede ver o intuir algo que nosotros no podemos?. Y si es así, ¿no os parece escalofriante pensar que tiene un miedo tan irracional a lo que está viendo?
Hay quien dice que los animales tienen un sexto sentido, un sentido que les permite ver o percibir la presencia de seres espectrales, detectar si un fantasma está en una habitación y desde luego su compañía no les gusta¡!
Aunque soy escéptica al respecto, el profesor Jiménez del Oso dejó una huella imborrable en mí, y es por ello que traigo el tema a colación: lo cierto es que la sensibilidad de los animales, especialmente de gatos y perros, hacia los fenómenos paranormales, es algo inquietante. De hecho, en la Edad Media los brujos llegaron a ser acusados de comunicarse con sus gatos vía telepática, y los antiguos egipcios ya creían en este tipo de telepatía; en un papiro descubierto en Saqqâra se puede leer: "Cuando tú piensas, él (el gato) te comprende aún si tus labios no se mueven ni tu boca pronuncia palabra alguna. Él lee en ti con la mirada de los dioses".
El parapsicólogo norteamericano Robert L. Morris utilizó animales como «controles» en sus experimentos durante los años sesenta. En una ocasión estuvo estudiando una casa que decían habitada por fantasmas, y concretamente, una habitación en la que había ocurrido una tragedia. Utilizó un perro, un gato, una rata y una serpiente de cascabel:
«Cuando hice entrar al perro menos de 1 m dentro de la habitación, empezó a gruñir a su dueño y volvió a salir por la puerta. De ningún modo pudimos evitarlo, y además se negó a entrar de nuevo.
El gato fue introducido en la habitación en brazos de su amo. Cuando llegó a una distancia parecida dentro de la habitación, saltó inmediatamente sobre la espalda del amo, clavándole las uñas; luego saltó al suelo dirigiéndose hacia una silla. Pasó algunos minutos bufando y mirando fijamente una silla vacía situada en una esquina de la habitación, hasta que le sacamos fuera…
La serpiente de cascabel adoptó inmediatamente una postura de ataque, dirigida contra la misma silla que había intrigado al gato. Al cabo de un par de minutos giró lentamente la cabeza hacia la ventana, para luego apartar la vista de ella y adoptar de nuevo la posición de ataque al cabo de cinco minutos.
El único animal que no reaccionó fue la rata; sin embargo, al cabo de un rato los cuatro animales fueron examinados en otra habitación de la casa, y allí se comportaron con toda normalidad».
Así que, ya sabeis: si sentís un escalofrío por vuestra espalda y vuestra mascota se comporta de una modo extraño... puede que no estéis tan solos como creíais… ¡MUAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA...!
Fuente: Escalofrío
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Roni
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5 comentarios:
Me encantó tu blog y me encantó tu visita, decidí seguirte a partir de hoy.
Besos.
Humberto.
Bienvenido, Humberto, a mí también me gustó tu blog. Saludos.
miau...por acá tambien maullamos para despertar un poco al mundo...
Todo el que tiene animales, puede certificar, que como bien dices en el post, los animales tiene el don de anticiparse a las cosas, la pena es que no puedan hablar... jeje.
Que guapo esta el Roni.
Besos, gatita.
No les hace falta hablar, gatito, se les entiende todo, podríamos aprender de ellos :-)
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