domingo, 20 de octubre de 2013

Poema para tiempos oscuros



Girando y girando en espiral creciente
el halcón no puede oír al halconero;
todo se derrumba, el centro no se sostiene;
la pura anarquía se desata sobre el mundo,
la marea turbia de sangre se desata y en todas partes
la ceremonia de la inocencia se ahoga;
los mejores carecen de convicciones, y los peores
están llenos de apasionada intensidad.

Seguramente alguna revelación está próxima;
seguramente el Segundo Advenimiento está próximo.
¡El Segundo Advenimiento! Apenas pronunciadas esas palabras
una enorme imagen emanada del Spiritus Mundi
empaña mi visión: en algún lugar en las arenas del desierto
una figura con cuerpo de león y cabeza de hombre,
una mirada vacía y despiadada como el sol,
mueve sus lentos muslos, mientras alrededor
se tambalean las sombras de los indignados pájaros del desierto.
La oscuridad cae de nuevo; pero ahora sé
que veinte siglos de sueño de piedra
fueron perturbados hasta la pesadilla por una cuna que se mece,
¿y qué bestia áspera, llegada su hora al fin
se arrastra hacia Belén para nacer?

El segundo advenimiento
William Butler Yeats

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