lunes, 8 de noviembre de 2010

Las damas de Hitchcock

Las damas de Hitchcock

Cierta leyenda negra de Hollywood afirma que las relaciones de Alfred Hitchcock con los actores eran bastante difíciles, que era áspero y despótico: "Los actores son ganado", repitió en más de una ocasión, a veces incluso con variantes: "Nunca dije que los actores fueran ganado. Lo que dije es que hay que tratarlos como a ganado".

«Cuando un actor viene a decirme que quiere discutir su personaje le contesto "está en el guión". Si me pregunta "¿cuál es mi motivación?", simplemente le respondo "tu sueldo"».
Hitch y CaryAlfred Hitchcock siempre procuraba escoger para sus películas actores y actrices ya conocidos por alguna faceta, ya fuera la de la sensualidad, la simpatía o la seducción, pensando que así el papel quedaba más fácilmente definido desde el principio.
Sus dos actores fetiche fueron Cary Grant y James Stewart. El primero fue su favorito para sus películas con tono de comedia y el segundo para los personajes con un perfil psicológico más fuerte.

Su relación con las actrices ya es otro cantar. Hitchcock sentía por Hitch y Jameslas mujeres “una extraña mezcla de adoración y desprecio” según el ensayista norteamericano Donald Spoto en su obra “Las damas de Hitchcock”, en las que investiga las problemáticas relaciones de Hitchcock con las actrices de sus películas. “Si Hitchcock viviera hoy en día sería denunciado por acoso sexual”, dedujo el escritor después de inmiscuirse en la vida del cineasta inglés.

Muchas de sus actrices tuvieron que soportar durante los rodajes la inclinación del realizador por el humor obsceno y la ironía hiriente, en el mejor de los casos, y el maltrato físico y psicológico unido al acoso sexual sin atenuantes. Disfrutaba provocando reacciones en las correctas mujeres con las que trabajaba, según él para conseguir el mayor potencial interpretativo.

Alfred el Mago

Hitchcock obviamente era un caballero que las prefería rubias, tipo nórdico; según dijo en una entrevista, porque las consideraba más misteriosas.

Una de las más castigadas por la "tiranía" del director de cine fue Madeleine Carrol, quienPsicosis durante el rodaje de "Los 39 escalones" pasó casi todo el tiempo esposada al brazo de Robert Donat por capricho de Hithcock. Otra de las humillaciones que padeció la joven Carrol en la misma película, fue la ocurrencia del realizador de desabrocharse la bragueta delante de ella. No conforme con el gesto, decidió inmortalizarlo en complicidad con el camarógrafo.

Otro episodio que recuerda Spoto es que durante el rodaje de "Rebeca", Hitchcock hizo que Joan Fontaine repitiera varias veces la misma escena. No contento con la expresión que exigía el guión, se levantó de su silla y la abofeteó hasta hacerla llorar para a continuación exclamar: "Corten, perfecto. Toma perfecta".

Distinto trato recibió la sueca Ingrid Bergman: el director la mimó y se enamoró de ella a tal punto que reescribió un diálogo sobre el guión del film "Recuerda".
Tippi
Su prototipo de rubia soñada fue Grace Kelly, que rodó tres películas a sus órdenes. "Hitchcock estaba obsesionado conmigo, y yo empecé a sentirme muy incómoda", llegó a confesar la actriz. Huelga decir que al director le sentó fatal que Grace le abandonara para convertirse en princesa de Mónaco.

La actriz Tippi Hedren, a la que el director lanzó al estrellato gracias a "Los pájaros", fue quizá quien acusó más "el sádico comportamiento" del realizador, que no dudó en someterla al ataque real de las temibles aves o exigirle que "estuviera sexualmente disponible para él donde y siempre que él quisiera", recuerda la actriz en un fragmento recogido en el libro. Por si fuera poco, a la pequeña hija de Tippi, la luego famosa actriz Melanie Griffith, le hizo llegar como regalo un pequeño ataúd dentro del cual iba una muñeca igual a su madre.

También lo padeció Janet Leigh, obligada a rodar desnuda la antológica secuencia de la ducha en "Psicosis": "Yo adoraba a Hitchcock, pero la verdad es que tenía una mente retorcida", confesó ella con el tiempo.
Hich y Janet
En "Vértigo", Hitchcock quiso transformar a Kim Novak en su ideal femenino, pero la trató despreciativamente durante todo el rodaje. Con quien no pudo fue con Marlene Dietrich, que en la filmación de "Pánico en la escena" sólo se dejaba guiar por su astrólogo. El realizador dijo luego de ella: "Marlene no movió un dedo en el rodaje sin consultarlo antes con su astrólogo; tendrían que haberlo puesto en los títulos de crédito".

Al margen de su peculiar personalidad, no cabe duda de que Hitchcock es uno de los más grandes directores de la historia del cine. Aunque esto no parezca precisamente un homenaje, Hitchcock es mi director preferido; después de todo, una cosa es el hombre y otra el artista ¿no?

1 comentario:

Cuarzo dijo...

Hitchcock, el genio del suspense sin duda, aunque con una mente un tanto retorcida, vaya tipejo jeje.

Besos, guapa