martes, 9 de marzo de 2010

Retales de historia

La hada del gato

En la misteriosa Irlanda precristiana, la de los druidas recitadores de la Sabiduría del Arcano, los llamados Ollave, Maestros de la Poesía, existió un famoso santuario-cueva, en el cual moraba una delgada gata negra (si no me falla la memoria, esta gata sale en un episodio de Sandman).

Sentada en una enorme silla-trono de piedra, altiva e iracunda daba respuesta a todos aquellos que temerosos y respetuosos atrevíanse a inquirirle por el futuro que les aguardaba. Y es que entre los celtas de la verde Erin, los gatos gozaron fama de animales proféticos: creían que los ojos de los gatos representaban las puertas que conducían hacia el reino de las hadas.

Para terminar el paseo por Irlanda, hay otra leyenda que atribuye a San Martín, de forma involuntaria, la creación del primer gato.Estaba reposando el santo un día en un molino repleto de grano a la espera de su próxima molienda, cuando vió que una multitud de pequeños La diosa Freyaroedores empezaba a devorar el grano; molesto por ello, San Martín les arrojó furiosamente su manopla que, al tocar la cima de mies, se convirtió en un gato, siendo éste el primer minino irlandés.

Y de un salto, pasamos a la mitología nórdica. Allí encontramos a la diosa Freya, diosa del amor y de la curación, que guardaba en su jardín las manzanas con las que se alimentaban los dioses del Walhalla y que recorría los cielos en un carro tirado por dos gatos.

Por su parte, los árabes del siglo VII veían en el gato un alma pura, contrariamente al alma impura del perro. Antes del advenimiento del Islam, adoraban al Gato de Oro. Varias leyendas nos hablan de la gran consideración que sentía Mahoma por los gatos.

En efecto, cuenta la leyenda que Muezza, la gata de Mahoma, se quedóPaseando por la mezquita dormida en los brazos del profeta, y éste prefirió cortar la manga de su traje antes que molestar a su compañera. Cuando la gata se lo agradeció cariñosamente, su amo pasó afectuosamente tres veces su mano por el lomo, confiriéndole así la facultad de caer siempre de pie y tener siete vidas.

Cuando las hordas bárbaras llegadas de Asia trajeron con ellas la peste y la rata marrón, los gatos se vendían a precios exorbitantes y estaban protegidos por la ley, con el objetivo de combatir a los roedores.

Por ejemplo, la persona que mataba al gato guardián de un granero, debía pagar una multa en carne, lana, leche o trigo equivalente a la altura del cadáver de la víctima, sostenida por la punta de la cola y con la cabeza tocando el suelo.

Pero este período beneficioso para el gato en Europa, terminó con la propagación del cristianismo y el advenimiento de la Edad Media. La Iglesia atribuía al gato poderes extraños y maléficos, con el fin de destruir el mito de este animal y sus diferentes cultos paganos.

Identificado, por la ignorancia, como representante de las fuerzas ocultas y desconocidas, por ello incomprendidas y temidas, fue perseguido y masacrado. En la EdadEl Gatomet Media, los gatos domésticos, especialmente los de color negro, alcanzaron una no deseada popularidad, de fatales y dramáticas consecuencias para ellos. Celebridad a la que no fueron ajenos los caballeros Templarios, y las leyendas que se tejieron en torno a ellos. Se creía que en sus ceremonias de iniciación aparecía un enorme y siniestro gatazo negro al cual reverenciaban y besaban.
Millares de ellos fueron víctimas de las hogueras, pero eso es otra historia...

Artículos relacionados en este blog:
Mis amigos: Mitxitu (la leyenda del gato persa)
Mis amigos: Casandra (la leyenda del gato de angora)
La república de los gatos: Estambul

Escuchar: Loreena Mckennitt, The Mystics dream

2 comentarios:

Rocío González dijo...

Fascinante, simplemente grandiosa entrada, jejeje que disfrute mas placentero leer de mis hermanos de la naturaleza.
Fuerte abrazo, que han encantado las imágenes, felicidades.
Ro

Cati dijo...

¡Gracias, Ro, ahora paso a saludarte! Besos.