El noveno pasajero

En la película "Alien, el octavo pasajero" (Ridley Scott, 1979), en realidad el alien no era el 8º pasajero, era el 9º. Evidentemente, se olvidaron del gato. ¿Recuerdan la escena?

Los supervivientes de la tripulación deciden destruir la Nostromo con el mostruo dentro y huir en la lanzadera. Durante los preparativos, el bicho vuelve a atacar y mueren todos menos Ripley, que ya ha activado el sistema de autodestrucción. Tiene pocos minutos para abandonar la nave, pero con las prisas ha olvidado a su gatito. Ripley vuelve al rescate armada con un lanzallamas y con el alien pisándole los talones, pero éste encuentra primero al gato y se lo queda mirando con curiosidad sin hacerle ningún daño. ¿Ha entendido que no representa ninguna amenaza? ¿Amor a primera vista? Nunca lo sabremos...

De las muchas anécdotas que rodean esta película, quiero destacar que el final no es el que tenía pensado rodar Scott. En el final imaginado por el director, el alien mataba a Ripley arrancándole la cabeza de un mordisco, ocupaba su lugar como piloto de la nave de salvamento y se comunicaba con la Tierra para pedir que le rescatasen, imitando la voz de la protagonista. La productora rechazó esa posibilidad, porque creían que un desenlace tan negativo no le gustaría al público.

Desde luego, la saga de "Alien" no hubiera sido lo mismo sin Sigourney Weaver...

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